jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Quién Debe Votar en un Referendum Independentista?

Este artículo lo escribo como continuación al titulado "Independentismo Sí, Independentismo No", a la vista de la cantidad de comentarios que he leido en diversos medios de comunicación con discusiones encarnizadas acerca de quién debe votar en un hipotético referendum para la independencia de Cataluña (o País Vasco, etc.)

Imagen tomada de elmonomudo.com

¿Quién debe votar en el referendum para la independencia de Cataluña?
 
En cualquier referendum de autodeterminación, la decisión debe tomarla exclusívamente la entidad político-administrativa que quiere secesionarse.
 
Puede que sea dificil de aceptarlo a simple vista, pues es una cuestión que afecta a los sentimientos, y cuando el corazón está por medio, es facil dejar de pensar con objetividad. Sin embargo, hay un claro ejemplo que resuelve cualquier duda. La familia.
 
Imagen tomada de www.seriesadictos.com

 
Imaginemos una típica familia, de cualquier lugar del mundo, con unos padres y unos hijos mayores de edad. Supongamos, para evitar suspicacias, que los hijos trabajan y aportan el dinero que corresponde a su manutención, gastos generales... en definitiva, un balance neto nulo. Aportan el mismo dinero al hogar, que el gasto que originan.
 
Supongamos que un día uno de los hijos decide que quiere independizarse y marcharse a vivir con su novia. ¿Tienen los padres y hermanos derecho a decidir si puede o no puede irse de casa? La respuesta obvia es NO. Y ninguno de nosotros aceptaría, ni aún en el caso de vivir mantenidos, que nuestros padres tuvieran voto en la decisión de cuándo y cómo podemos abandonar el hogar paterno.
 
¿En qué condiciones debe ser la independencia de Cataluña?
 
Si bien he dicho que la decisión deben tomarla única y exclusivamente los catalanes, naturalmente deberá tratarse de una secesión total y absoluta. Sobre todo si la otra parte no está de acuerdo en dicha secesión.
 
 
¿Por qué? Pues porque si bien la decisión de independizarse es una decisión que debe tomarse unilateralmente, la relación resultante entre las dos partes deberá consensuarse entre estas.
 
Volviendo al ejemplo de la familia, en la que el hijo se ha ido de casa en contra de la opinión de los padres, el hijo deberá asumir que se ha ido con todas las consecuencias. No podrá decidir unilateralmente que entre semana va a ir a comer a casa de sus padres porque le viene mejor. Esta es una propuesta que deberán aprobar también los padres.
 
¿Se debe permitir una secesión interna en Cataluña?
 
Naturalmente. Si aceptamos que Cataluña es libre de decidir su futuro, y decidir si quiere formar parte de España o no, debemos aceptar que las provincias que la conforman igualmente son libres de decidir si quieren formar parte o no de Cataluña. Más aún, las ciudades son libres de decidir a qué provincia quieren pertenecer, o incluso si quieren pertenecer a Cataluña, a España o ser independientes de ambas.
 
Esto naturalmente levanta ampollas, y ni que decir tiene que todos los defensores a ultranza del derecho de autodeterminación, generalmente están en contra de reconocérselo a las subentidades político-administrativas que conforman la entidad segregada.
 
Como normalmente todo movimiento independentista para lograr su objetivo busca marcar diferencias con la entidad de la que se quiere independizar, suelen potenciar el uso de un idioma distinto frente al común, y potencian tradiciones culturales específicas de la región que quieren independizar. De este modo, podrán justificar la conveniencia de la independencia por unas diferencias que, según ellos, son insalvables. Por contra, como estos elementos diferenciadores son comunes a todo el territorio a independizar, sirve como argumento para evitar una secesión interna.
 
¿Pero realmente es esto asi? Lamentablemente para los secesionistas no.
 
En el caso de las tradiciones culturales, si bien es cierto que existen esas tradiciones, también lo es que hay otras de igual peso o mayor que son de un ámbito político-administrativo mayor y también que lo son de uno menor. Hay tradiciones de ámbito local, provincial, autonómico, nacional o incluso supranacional. Por qué han de potenciarse unas en detrimento de las demás. Obviamente esto responde a unos intereses particulares, sin ninguna base legal ni moral para justificar una secesión nacional y a su vez impedir secesiones internas.
 
La segunda justificación es la idiomática. Esta es casi peor. Se justifica la independencia por el hecho de emplear una lengua distinta, olvidando que hay una lengua de ámbito nacional que también se usa en el territorio secesionista. Pero aún más, se olvidan de que las lenguas no son homogeneas, y que dentro de una región, incluso de una población a otra vecina, hay notables diferencias en el idioma.
 
Un ejemplo de esto es el euskera batua, un intento por unificar un idioma que tiene múltiples variantes, hasta el punto de sustituir palabras con el objetivo de que en todo el territorio se use una misma palabra para designar a un objeto dado. Se busca potenciar el uso del euskera argumentando la riqueza del lenguaje, pero se inventa un idioma descafeinado con el fin de que no haya variantes, heterogeneidades. La alteración del lenguaje es tal, sobre todo en algunas zonas, que con decir una sola frase ya saben si eres euskaldun zaharra (vascoparlante viejo) o euskaldun berri (vascoparlante nuevo, es decir, que habla euskera batua). Es triste comprobar que se maltrate tanto un idioma con el único fin de buscar diferencias persiguiendo unos objetivos particulares, pero es lo que hay.
 
Una vez más, todos estos argumentos se desmontan facilmente recurriendo al ejemplo de la familia.
 
Imaginemos ahora una familia que vive en una casona. A diferencia del ejemplo anterior, ahora conviven varias generaciones, de forma que los hijos, los padres y los abuelos, comparten casa.
 
Supongamos que la primera generación (los abuelos), tuvo que exiliarse a otro país, pero que no aprendieron el idioma del país anfitrión. Los hijos si aprendieron el idioma y cuando volvieron al país de origen continuaron usándolo y lo enseñaron a sus hijos (los nietos).
 
Imaginemos que un día uno de los padres (segunda generación) decide irse a vivir a otra casa. Es perfectamente factible que sus hijos, mayores de edad, quisieran quedarse a vivir con los abuelos, tíos y resto de primos en la casona. ¿Quienes son sus padres para obligarles a abandonar la que ha sido siempre su casa? Los padres podrían aducir razones culturales e incluso al idioma para justificar el que la familia entera abandonase el hogar. De la misma forma los hijos podrían decir: —Nosotros también hablamos el idioma de los abuelos y compartimos sus tradiciones. Dejádnos a nosotros, que somos mayores de edad, decidir dónde queremos vivir.
 
¿Por qué han de prevalecer los derechos de autodeterminación de una comunidad autónoma, frente a los de una provincia o ciudad, cuando estas también tienen órganos de gobierno que pueden gestionar igualmente todos los aspectos de su vida? No hay ninguna justificación legal ni moral para defender este hecho.
 
 ¿Puede tener penalizaciones Cataluña por la secesión?
 
Es muy posible. No olvidemos que hay múltiples inversiones conjuntas que originan flujos de dinero, subvenciones, incluso de caracter europeo, que se conceden con fines concretos y que en caso de independencia podrían quedar paralizados. Este apartado sin lugar a dudas generaría multidud de demandas entre las dos partes, que por otro lado tendrían que resolverse por organismos de caracter supranacional.
 
¿Pierde Cataluña con la secesión? ¿Y España?
 
Es dificil hablar a largo plazo, pero a corto plazo ambas partes sufrirían consecuencias negativas. No olvidemos que la salida de Cataluña de España, afectaría multitud de empresas que están implantadas en ambas partes que pasarían a ser extranjeras en una de ellas. Es más, la implicación empresarial es tal que dudo que ningún político se plantee seriamente una independencia total de España.
 
¿Puede integrarse Cataluña en la Unión Europea fuera de España?
 
Para que Cataluña entre a formar parte de la Unión Europea, debe ser aceptada por los miembros de esta. En vez de responder, voy a hacer otras preguntas: ¿Van a aceptar en la Unión Europea a Cataluña unas Naciones que a su vez tienen grupos secesionistas? ¿Unas naciones que definen la identidad nacional impidiendo el ejercicio de autodeterminación de las regiones que las forman? ¿Van a permitir que se cree un precedente? Si hay alguien convencido de esto...
 
Por ir terminando
 
Hay que defender el derecho de los pueblos a decidir su futuro, pero a su vez que ellos respeten los mismo derechos que piden.
 
Si Cataluña está dispuesta a tomar ese camino, bienvenido sea. Yo sin embargo soy más de buscar las coincidencias y sumar, en lugar de buscar las diferencias y restar.
 
Por último, si esto se trata, como me temo, de un aspecto puramente económico y de poder, que llamen a las cosas por su nombre y no lo llamen amor cuando quieren decir sexo. Están jugando con los sentimientos de miles, millones de catalanes.



 P.D.: Por cierto, me encantan las réplicas, si son educadas y fundamentadas, así que anímate a contestar... agradezco los comentarios y son bienvenidos. Por otro lado, si encuentras algún error o dato complementario que crees que debería aparecer en esta entrada, no dudes en comentármelo. Muchas gracias, y espero que te haya gustado... o cabreado.

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Independentismo Sí, Independentismo No

1.500.000 catalanes pidiendo la independencia. Twitter y los comentarios de todos los periódicos llenos de gente insultándose en todos los idiomas posibles. Bueno no, ahí he sido un poco exagerada, he leido comentarios en cuatro idiomas: Catalán, Español, Euskera y Galego. Sin embargo lo de los insultos sí que es verdad. Y por todos los lados, que aquí santos hay poquitos.
 
La verdad es que no entiendo muy bien lo de los nacionalismos, seré rara. No entiendo como a nadie le puede ir la vida en defender que es una cosa y que no es lo otro. Pero ojo. No entiendo ni el nacionalismo catalán, ni el español, ni el vasco, ni el gallego, ni ningún otro.
 
Si me tuviera que presentar a un hipotético extraterrestre que viniera del espacio, empezaría por preguntarle de donde viene, para a continuación explicarle, en función de donde viniera, que estamos en una galaxia que llamamos Vía Láctea, en un sistema planetario que gira alrededor de una estrella que llamamos Sol. Dentro del sistema solar, en el tercer planeta más cercano al sol, al que llamamos Tierra.
 
Le explicaría que la tierra está dividida en cinco continentes, aunque no hay unanimidad en los criterios para definirlos (por lo que algunos cuentan desde 4 hasta 7). Le contaría que el continente en el que vivo es Europa, en un país que es España, que a su vez está dividido en comunidades autónomas, provincias, ciudades, barrios, calles, portales, pisos y así llegaría a enseñarle cuál es mi casa. Dentro de mi casa le enseñaría las distintas habitaciones y quién duerme en cada una de ellas.
 
Sí claro —estaréis pensando—, esta tía se cree galáctica.
 
La verdad es que no. Quedaría muy bien decir eso de: —Soy ciudadana del mundo —pero no nos vamos a engañar, eso como que no me llena. No es verdad que me sienta ciudadana del mundo, no me siento identificada para nada con un pigmeo, un esquimal o un tuareg. No por nada, simplemente tienen una vida tan distinta de la mía que no encuentro afinidad alguna. Esto no quiere decir que no respete su cultura, pero no puedo sentirme identificada en un grupo que nos incluya a los dos como miembros.
 
Ahora bien, decir que soy vasca y no española, o al reves, es una cosa que tampoco me llena. Sin necesidad de salir del barrio, sin necesidad de salir de mi portal, me encuentro con personas que no tienen absolutamente nada que ver conmigo. Tienen otra forma de vivir, otros trabajos, otros gustos y aficiones. A lo largo del día me cruzo con un montón de personas cuya forma de vida en nada se parecen a la mía. Por contra, tengo amigos en otras ciudades, en otras comunidades autónomas y en otros paises, que aún no hablando ni euskera ni español, tienen mucho más en común conmigo. Entonces, ¿Por qué los voy a meter en un grupo del que no formo parte yo, y no dejarlos entrar en el mio?
 
Porque el nacionalismo al final se trata de eso. De diferenciar. De sentirnos iguales a unos a partir de sentirnos diferentes a otros. Por eso creo que los nacionalismos están fuera de lugar. Los defensores de los nacionalismos se empeñan en hacernos ver diferencias que no existen. Dan mucha importancia a las tradiciones, a los deportes rurales... a cosas que en definitiva no forman parte de nuestra vida cotidiana. Porque me pregunto yo: —¿Realmente hay alguien que cuando llega el fin de semana se pone a levantar piedras y a hacer castells? —Yo creo que no. La duda es por qué entonces nos tenemos que sentir más afines a alguien porque cuatro veces al año vistamos la misma ropa tradicional y practiquemos (o veamos) los mismos deportes rurales, que con alguien que lleva los 361 días restantes del año una vida similar a la mía.

Sinceramente no lo entiendo. O mejor dicho, no lo entendería si no fuera por los partidos políticos nacionalistas que se empeñan en buscar y hacer notar esas diferencias, aún cuando sean ficticias. Entiendo que los políticos sean nacionalistas, es su juego. Los políticos (no todos, ojo, pero sí muchos), tienen un afán desmedido de control y poder, y si es económico mejor. Por eso, el independentismo es interesante para los políticos, porque aumenta sus cuotas de poder y control sobre el dinero de los impuestos, que al final es de lo que va este rollo. Por eso surgen y surgirán grupos de personas que quieren independizarse de algo, de un país, una provincia, una ciudad... Del mismo modo, estos políticos serán unos ferreos defensores de la unidad identitaria, oponiéndose a cualquier tipo de secesión dentro de su dominios. Ejemplos de lo primero hay muchos, no solo los ya comentados independentismos catalán, vasco y gallego, sino tambíen a nivel de las ciudades y pueblos (por proximidad citaré el caso del barrio de Igeldo en San Sebastián, que quiere independizarse y ser una población con ayuntamiento propio). Ejemplos de lo segundo también. El más obvio es el del gobierno español, que no quiere oir hablar de independentismos. A su vez los gobiernos catalán, vasco y gallego no quieren oir hablar de secesiones internas. Y si no pregunten a cualquiera de ellos si aceptarían, por ejemplo, que Alava no formase parte de un hipotético País Vasco independiente, o Gerona de Cataluña. Más al contrario, así como los vascos no solo cuentan para su nación independiente con Navarra, las tres provincias francesas, e incluso si me apuras con parte de La Rioja, y Castro y Laredo en Cantabria, los catalanes incluyen en sus deseos soberanistas a una nación formada por Cataluña, Valencia, Baleares, franja poniente de Aragón, Andorra y Alguer, formando los Países Catalanes.

Vamos, que esto es así a todas las escalas. Los subgrupos dentro de un grupo grande quieren separarse del supergrupo maximizando las diferencias con el resto de los subgrupos, estando dispuestos a incorporar a otros subgrupos al nuevo supergrupo formado. Claro está, siempre bajo su tutela. Por supuesto, ningún subgrupo acepta estar formado a su vez por subgrupos, y ni que decir tiene que la secesión de estos no está contemplada.

Si sustituimos los subgrupos y el supergrupo, por las distintas entidades político-administrativas existentes, barrios, ciudades, provincias, comunidades autónomas, paises... vemos que todas tienen un comportamiento muy similar. De cara a los supergrupos, maximizar diferencias. De cara a los subgrupos, minimizarlas. Y la clave está en este concepto, "entidad político-administrativa". Eso es lo único que les preocupa a los políticos. Todo lo demás son adornos para ganar adeptos a su causa.

Está claro, no soy nacionalista, lo admito. Pero ni vasca ni española ni europea ni nada de nada. En mi día a día creo que no me afecta (en el plano teórico) pertenecer o no a un determinado país o pertenecer a uno más pequeño. Me da igual que me gobiernen desde el ayuntamiento,la diputación, el gobierno autonómico o el nacional. Lo que me importa es que el que me gobierne sea justo, ético y legal. Si va a serlo más un gobernante autónomico pues bienvenida sea la secesión, si lo va a ser el nacional pues bienvenida la unidad nacional. Ahora bien, si de verdad el que más va a mirar por mis intereses va a ser un gobernante de mi barrio, entonces ese quiero que gestione el dinero de mis impuestos.

Así pues, no soy nacionalista, no soy independentista, pero si apoyo el derecho a la autodeterminación. Claro que sí. Defiendo el derecho a que decidamos a que nación deseamos pertenecer. Eso sí, espero que todas y cada una de las personas que piden el derecho a la autodeterminación la acepten y permitan también para secesiones internas. No se puede decir que Cataluña no es España, pero impedir que por ejemplo Tarragona diga: — Tarragona no es ni España ni Cataluña. Queremos ser una nación independiente que trate de tú a tú con España y Cataluña en el marco de la Unión Europea. Cualquier otra postura es infame y deja claros unos intereses ocultos.

Lo triste es que haya miles de personas, millones, que se dejen arrastrar por los intereses de unos pocos, que para más inri se valen de ellos para conseguir sus objetivos.

Por otro lado, puestos a buscar diferencias entre las personas, de formar grupos excluyentes, encuentro más sentido a un sistema de castas, donde cada casta esté formada por personas del mismo entorno económico-social, que un grupo heterogéneo en el que el nexo de unión es haber nacido en el mismo sitio. Con esto no estoy defendiendo un sistema de castas, ni por asomo, solo digo que el nacionalismo no me parece moralmente más defendible.

En fin, seguramente estoy totalmente equivocada y me merezco que saltéis a mi yugular, pero a día de hoy, si por algo o alguien tengo que salir a la calle, gritar hasta que me duela el pecho, no es ni por una bandera, ni por un trocito de mapa. Ni siquiera por un idioma, porque estaría dispuesta a renunciar al euskera o el castellano en pro del inglés, y que en todo el mundo pudieras entenderte con cualquier persona (Sí, esa con la que, a pesar de vivir a miles de kilometros de distancia, tienes más en común que con tu vecino el del primero). Si tengo que salir a gritar a la calle será para defender a mis hijas, a mi marido y mis padres, al resto de mi familia y amigos. Todo lo demás es accesorio.

Cuando el sentimiento nacionalista esté por delante de tu familia y tus amigos, cuando en un extranjero veas a un posible enemigo, hay algo que va mal.

 P.D: Por cierto, me encantan las réplicas, si son educadas y fundamentadas, así que anímate a contestar... agradezco los comentarios y son bienvenidos.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La Estafa del Banco Malo...

...o Yo También Quiero un Banco Malo para mi Empresa
 
Se mire como se mire, la creación de un "Banco Malo" es una estafa. Simple y llanamente. Lo es porque se está dando una ayuda a empresas privadas que se encuentran en una situación que se han buscado ellas mismas. Los bancos son responsables de la situación en la que se encuentran. Sin embargo, el estado viene a socorrerles comprando todos sus activos tóxicos.
 
Este hecho convierte al Banco Malo en una figura totalmente injusta, puesto que muchas empresas y profesionales autónomos están sufriendo impagos, tienen muchas facturas de dudoso cobro, y se encuentran que día tras día cuando llaman a sus clientes para cobrar una factura pendiente, la empresa se ha declarado en concurso de acreedores.
 
La diferencia entre estas empresas y profesionales con respecto a los bancos, es que en este caso su situación no se debe a una mala gestión, a una avaricia extrema, a unas prácticas arriesgadas, sino que simplemente son victimas de la crisis, y de unos clientes que a su vez se encuentran en una situación de insolvencia por los impagos que sufren.
 
Sin embargo, a estas empresas, a estos profesionales autónomos, el estado no les compra sus activos tóxicos, no se hace cargo de sus impagados, y los deja totalmente desamparados ya que ni siquiera pueden compensar estas pérdidas con las ganancias obtenidas. A diferencia de con los bancos, hacienda aplica el principio "tus ganancias las compartimos, tus pérdidas te las quedas".
 
¿Por qué el estado tiene que salvar a los bancos por su mala gestión mientras deja desamparados a pequeños empresarios y autónomos?
 
Seguro que aquí algún político sale con lo del bien común, que los bancos son muy grandes para caer y demás palabrería engaña ingenuos. Sin embargo, ese argumento cae por su propio peso aún sin profundizar en su análisis. Es verdad que importa más que no caiga un banco a que no caiga una pyme, pero cuando las pymes y autónomos son miles, la suma de todos sí es equivalente a un banco.
 
Aún así, el gobierno sigue prefiriendo dejarlos caer.
 
Ahora que sabemos que es una estafa, queda por ver si es:
  • una estafa
  • una gran estafa
  • una grandísima estafa
  • una (gran / grandísima) estafa de dimensiones astronómicas
Una Estafa sería que el estado, a través del banco malo, se hiciera con los activos tóxicos al precio que se estima que van a tener en un futuro, una vez que se estabilice el precio de la vivienda y la economía en general.
 
Así pues, por simplificar, el Banco Malo compraria al "Banco Bueno" (irónico, ¿no?), un préstamo de 450.000 € por una vivienda que en la actualidad vale 300.000 €, por un valor de 150.000 € porque este es el precio que se estima que valdrá la vivienda una vez se estabilicen los precios.
 
En este caso, el Banco Bueno (ejem) perdería 300.000 €, pero se quitaría de encima el activo tóxico. El  Banco Malo (el estado, vamos) se gastaría 150.000 € en comprar un problema, que es lo que son los activos tóxicos.
 
Suponiendo que algún día consiguiera recuperar esos 150.000 €, tan solo habría cometido una tremenda injusticia por tratar a los bancos con unas ventajas que las pymes no han tenido (que ya es bastante) y que habrá motivado que muchas de estas pymes hayan tenido que cerrar.
 
Una Gran Estafa sería que el estado comprara los activos tóxicos al precio actual de mercado (en el ejemplo el prestamo por la vivienda al precio actual de la vivienda 300.000 €). Esto sería una gran estafa porque el estado sabe que no va a poder recuperar esos 300.000 € y está trasladando 150.000 € de pérdidas a todos los españoles. El Banco Bueno perdería también 150.000 €, pero se quitaría de encima el problema.
 
Una Grandísima Estafa sería que el estado comprara los activos tóxicos al precio inicial, (en el ejemplo 450.000 €). En este caso el Banco Bueno no perdería absolutamente nada, se quitaría de encima los activos tóxicos, y le pasaría al Banco Malo unas pérdidas seguras de 300.000 € que se repartirían entre todos los españoles.
 
Una Gran o Grandísima Estafa de Dimensiones Astronómicas sería que una vez que el Banco Malo se haya hecho con la vivienda del ejemplo por 300.000 o 450.000 €, cuando busque inversores a los que vender estos activos tóxicos, los venda al precio futuro (150.000 €) para hacerlos atractivos para esos misteriosos inversores de los que tanto se habla.
 
Y es que el quiz de la cuestión son esos inversoses misteriosos. ¿Por qué grupos inversores y no la totalidad de la población? En el caso de deudas económicas, puede tener sentido, pero, ¿En el caso de viviendas? ¿No tiene más sentido que se pongan a la venta para las personas que necesitan vivienda?
 
Y es que lo que sería la mayor estafa realizada por los bancos, de la mano del gobierno, sería que los mismos bancos que han vendido al Banco Malo esos activos por 300.000 o 450.000 €, se los recompraran al Banco Malo por 150.000 € con lo que ganarían 150.000 o 300.000 €, que saldrían de los bolsillos de todos los españoles.
 
Por eso, desde aquí quiero exigir:
  • Que la creación del Banco Malo se someta a referendum, y que todos los españoles seamos los que decidamos si queremos un Banco Malo.
 
Si se decidiese aprobar la creación del Banco Malo:
  • Que el Banco Malo compre los activos tóxicos al precio que se estima que puedan tener en un futuro, una vez estabilizada la economía.
  • Que se haga pública la lista de grupos inversores a los que se vendan estos activos tóxicos.
  • Que se hagan públicos los importes tanto de compra como de venta de esos activos tóxicos, por parte del Banco Malo.
  • Que se garantice que ningún grupo inversor que compre esos activos tóxicos al banco malo, este participado por alguno de los bancos rescatados, o por empresas a su vez participadas por estos.
Cualquier otra solución será una estafa a todos los españoles. Estafa que se sumará a las que ya venimos soportando desde los últimos años.



 P.D.: Por cierto, me encantan las réplicas, si son educadas y fundamentadas, así que anímate a contestar... agradezco los comentarios y son bienvenidos. Por otro lado, si encuentras algún error o dato complementario que crees que debería aparecer en esta entrada, no dudes en comentármelo. Muchas gracias, y espero que te haya gustado... o cabreado.

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